Por Carla Redondo.
Mi aprendizaje con Miki.
Desde la Asociación para la Comunicación Noviolenta se organizó en junio un taller de formación internacional a cargo de Miki Kashtan, formadora certificada por el centro de comunicación noviolenta, consultora y autora de varios libros.
Su paso por las ciudades de Barcelona y Madrid nos deja con una gran herramienta en los bolsillos: “Convergent facilitation” – El proceso de facilitación convergente.
Un proceso de facilitación dinámico que aplica los principios de la CNV sin el lenguaje clásico de la CNV para ayudar a un grupo a llegar a una toma de decisiones.
En este proceso se vive la experiencia de poder elegir, generando un espacio donde todas las necesidades son escuchadas y la atención está puesta en estar junt@s, con la intención de resolver. Empujamos lo más lejos posible el momento de elegir la tan ansiada solución para vivir plenamente ese “estar junt@s en resolver”.
En la primera etapa del proceso buscamos criterios o principios con los que tod@s estemos de acuerdo y que deseamos cuidar; buscamos la conexión y responsabilidad común, creando la confianza de que podemos sostener el problema.
A medida que avanza el proceso vamos viviendo cómo se transforma la mirada, pasando de ser enemig@s o ser un problema para la otra persona, a vernos como personas que estamos reunidas ante un dilema. ¿Qué podemos hacer para resolver junt@s?
Llega el momento de idear conjuntamente propuestas que cuiden de los criterios definidos; el grupo sale del yo para ir al encuentro del nosotr@s buscando una estrategia que funcione para las distintas partes. Ahora estamos creando algo que es de tod@s y para tod@s, viviendo la experiencia de que es posible.
Y poco a poco se acerca el fin: es hora de elegir una propuesta entre toda la riqueza que se ha generado. La elegimos tomando de la mano los criterios previamente establecidos y valoramos que realmente todos son cuidados. En esta etapa se invita al desacuerdo pretendiendo que lo que surja sea una propuesta que nos funciona a las partes presentes. Elegir con la seguridad de que realmente estamos de acuerdo.
Miki nos deja este proceso entre manos y la labor de practicar, nos habla del rol de la persona facilitadora, nos invita a observarnos a nosotr@s mism@s y nos abre un espacio donde dirigir una mirada hacia cómo gestionar las diferencias de poder…
¡Aaaay! El tan controvertido PODER (¿es bueno o es malo?). Ni lo uno ni lo otro dice Miki, y nos deja la definición que creó con su hermana: “El poder es la capacidad que tenemos de movilizar recursos para atender a nuestras necesidades”.
Un bebé, al llorar o reír, tiene estas dos capacidades para movilizar recursos; nos está diciendo “por favor” al llorar, o “gracias” al sonreír. Curiosamente es lo que dice Marshall que siempre estamos haciendo.
Siento agradecimiento hacia Miki por generar este espacio de trabajo que me ha resultado tan nutritivo y del que he aprendido tanto y por viajar hasta mi tierra con la intención de compartir un trocito de su saber. Me quedo con ganas de más y con el deseo de que vuelva pronto.